Blog de Locución de 1 Año

martes, 19 de junio de 2012

Malvinas, desde siempre dispuestos al diálogo


La consolidación del Estado nacional argentino coincidió con la expansión imperialista de las potencias coloniales europeas, lo que generó una situación de dependencia económica paralela a la afirmación de una identidad nacional por parte de las élites dirigentes.
Este proceso de construcción de la nacionalidad encontró en Malvinas una de sus piezas fundamentales. Como contrapartida, los fuertes vínculos económicos entre las élites dirigentes y Gran Bretaña hicieron que el reclamo diplomático no fuera una prioridad hasta bien comenzado el siglo XX.
Fue a partir de la década del sesenta, y en el marco de dos gobiernos democráticos, que la República Argentina obtuvo los avances diplomáticos más importantes. En 1965, las resoluciones 1514 y 2065 de las Naciones Unidas sentaron las bases para delimitar el reclamo diplomático argentino: la usurpación de las Islas Malvinas era una situación colonial a resolver en el marco de la diplomacia internacional, con dos partes en litigio, el gobierno de la República Argentina y el de Gran Bretaña.
Ante la obligación de negociar, Gran Bretaña ponía un reparo, se reservaba cualquier decisión a «los intereses y los deseos» de los isleños. El gobierno argentino acordaba en «los intereses», no así en los «deseos», ya que, a diferencia de una población colonial sometida, los habitantes de las islas eran de abrumador origen británico, y estaban instalados allí tras la expulsión de las autoridades y la población rioplatenses.
Durante el siglo XX, los permanentes reclamos argentinos ante diferentes instancias internacionales constituyeron lo que se conoce como la cuestión Malvinas, el entramado diplomático, histórico y jurídico que sustenta la posición de nuestro país. Hacia mediados de la década del setenta, el acercamiento material entre el territorio continental argentino y las islas era muy importante, mientras que en el plano diplomático, después de los logros de la década del sesenta, las negociaciones habían tenido numerosos altibajos debido a tres factores: la actitud de los isleños (su mayor o menor apertura); la cambiante e inestable situación política interna argentina; y la alternancia de gobiernos británicos entre conservadores y laboristas.   

Extracto del libro “Pensar Malvinas”  


Como el Quijote ante los molinos de viento.  

Así parece ser la lucha de Nuestra Nación respecto de la soberanía por las Islas Malvinas. Existen documentos, tratados, resoluciones que avalan dicho derecho y que las autoridades británicas “desconocen” o ignoran burdamente ante cada reclamo argentino.
Malvinas dejó de ser sólo un problema argentino. Malvinas se transformo en una cuestión latinoamericana. Aún así, cada vez que un Organismo Internacional convoca al diálogo, desde el Reino Unido solo existen negativas a la negociación. 
 ¿Cuál será el real interés de Gran bretaña para con las Islas Malvinas?
¿Qué negocios atraen?
¿Su ubicación estratégica?
¿Será que su ADN “pirata” no les permite resignar un “trofeo” y devolverlo a sus verdaderos dueños? 
 Son preguntas que quizá nunca nos vamos a responder. Pero de algo hay que estar seguro.
Las Malvinas fueron, son y serán Argentinas  para siempre 

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